Al marcar los tres últimos goles del Manchester City, el delantero Erling Haaland (23 años, 4 partidos y 6 goles en la Premier League esta temporada) provocó una auténtica pesadilla para la defensa del Fulham (5-1) este sábado en la Premier League.
Pero después del partido, el noruego quiso expresar su sentimiento de dolor por los Cottagers, que con el marcador 1-1 sufrieron un segundo gol especialmente polémico.
«También creo que hubo fuera de juego, me siento mal por ellos. Si fuera yo, estaría furioso», admitió el Cyborg en la zona mixta.
En efecto, en el gol del 2-1 marcado por Nathan Aké, el defensa, que estaba en posición de fuera de juego, estiró el pie sin tocar el balón e influyó necesariamente en la acción. Un logro que lógicamente debería haber sido rechazado y que tuvo «un gran impacto en el partido», según el entrenador del Fulham, Marco Silva.
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