Escocia falla y deja que España consolide su primera plaza en el Grupo A. Frente a Georgia este viernes, el Tartan Army quedó bajo control fuera de casa (2-2).
Empujado durante mucho tiempo por un rival que supo contar con una Kvicha Kvaratskhelia de las grandes noches, autor de un doblete, la selección escocesa demostró carácter para igualar y asegurar el punto del empate en los últimos instantes del partido gracias a una acción dirigida por Lawrence Shankland.
Al final del encuentro, hubo una enorme frustración en las filas escocesas, particularmente por parte de Scott McTominay.
Goleador tras el descanso (49º), el centrocampista del Manchester United no fue amable con sus rivales, llamándolos «bebés llorones» al analizar la actuación de su equipo en Tiflis.
“La forma en que actuaban era una vergüenza… Dándose la vuelta, llorando como bebés. Cada partido a este nivel es importante y evidentemente tienen muy buenos futbolistas. Pero esta noche pensé que su forma de actuar era una vergüenza en términos de provocar al árbitro”, dijo el mancuniano a Viaplay, acusando a sus compañeros de querer ganar minutos preciosos e influir en el arbitraje.
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