Criticado desde su llegada al Paris Saint-Germain, el portero Gianluigi Donnarumma (24 años, 21 partidos en todas las competiciones esta temporada) asegura que su trabajo es «el más bonito del mundo» pero reconoce que la presión no siempre es fácil de gestionar .
«Es lo más bonito pero también lo más difícil. En cuanto el portero comete un error, rápidamente se vuelve muy complicado», desliza el italiano al Journal du Dimanche.
El ex milanés cometió varios errores con la camiseta del PSG, en particular debido a un mal juego de pies. «Hay más táctica, en los seis metros a veces hacemos pases más arriesgados. Antes podíamos lanzar el balón con la mano, por ejemplo», defiende.
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