Durante un Clásico siempre pasa algo. La 107ª de la historia, que tuvo lugar ayer en el Vélodrome de Marsella, no estuvo exenta de idas y venidas.
De hecho, además de la victoria numéricamente inferior del PSG, otros elementos agregaron sabor a un encuentro ya de por sí eléctrico. Así, las cuestionadas decisiones arbitrales de Benoît Bastien contribuyeron a la locura del encuentro.
Para darle dramatismo al cartel, Luis Enrique puso su granito de arena. Visiblemente descontento por la difícil noche de Kylian Mbappé, el técnico ibérico no dudó en liberar a su delantero de 25 años.
Una decisión que provocó la ira del interesado que, además de una notable salida entre pucheros y regreso inmediato al vestuario, realizó una publicación en Instagram cuanto menos enigmática.
Pero mientras la polémica estaba en marcha, el técnico español también mostró su enfado cuando le preguntaron sobre la gestión de KM7 en el micrófono de Prime Video. Con toda esta gente enojada, fue Milan Skriniar quien hizo el papel de bombero de turno.
De vuelta tras varios meses de ausencia, el defensa eslovaco confirmó que no había molestias alrededor de Kylian Mbappé en la zona mixta: “Lo vi en el vestuario, tenía una sonrisa, estaba feliz, no sé muy bien. Estamos hablando, pero después del partido estaba feliz”.
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