¡El Paris Saint-Germain se une al Olympique Lyonnais en la final de la Copa de Francia! En casa, el PSG ganó al Rennes (1-0) este miércoles por la noche en la segunda semifinal.
Instalado en el campo de Rennes, los parisinos dominaron completamente el primer acto. Pero fue en una contra donde los jugadores de Luis Enrique casi se ponen en ventaja durante este encuentro. Perfectamente servido en profundidad por Dembélé, Mbappé escapó a Omari pero su disparo fue desviado por Mandanda al larguero. Gran intervención del portero del Rennes que, en la continuidad de la acción, vio a su homólogo parisino Donnarumma repeler un disparo de Kalimuendo que acababa de eliminar a Hernández.
El duelo entre Mandanda y Mbappé continuó pasada la media hora, primero con ventaja del portero del Rennes que se lanzó perfectamente a su derecha para rechazar un penalti ejecutado por el delantero del PSG. Luego a favor de Mbappé, que finalmente engañó a su rival con un disparo desviado por Omari (1-0, 40º), definitivamente fallido después de haber concedido el penalti cinco minutos antes.
Un primer partido bastante lógico dado el dominio parisino durante los primeros 45 minutos.
Brillante en el primer tiempo a pesar del gol encajado, Mandanda volvió a destacar tras regresar del vestuario. En el primer cuarto de hora del segundo acto, el portero del Rennes seguía siendo imperioso con dos nuevos disparos de Mbappé para preservar las esperanzas de su equipo. Lo suficiente para que el Rennes creyera en ello, sobre todo desde que el PSG soltó el control sobre la hora de juego.
Los Rojos y Negros empezaron a acercarse cada vez más a la superficie parisina y Kalimuendo tuvo la oportunidad de igualar con un cabezazo que se fue ligeramente por encima del larguero de Donnarumma.
Menos dominante en el segundo acto, París todavía tuvo oportunidades de romper, sobre todo gracias a una recuperación de Asensio rechazada por Mandanda en una noche decididamente importante. Gracias a su portero, el Rennes supo creer en el empate hasta el final de este partido. Pero los hombres de Julien Stéphan fallaron muchas veces en los últimos metros para doblegar a los parisinos, que pudieron celebrar con su afición su clasificación para la final tras el pitido final.
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