Ayer Joan Laporta habló a pocas horas de enfrentarse al PSG en la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones, indicó que este partido era muy importante y que no cambiaría a ningún jugador de su equipo por un parisino.
Baste decir que debió confirmar su idea anoche, cuando los culés vencieron por 3 a 2 al campeón francés. Conocido por su carácter exuberante, Laporta, al que muchos esperaban ver explotar de alegría ante Nasser Al-Khelaïfi y el PSG, con con quien sus relaciones son bastante recientes, fue una sorpresa.
AS explica que estaba muy templado, lo que también sorprendió al Barça, se dirigió a la plantilla y a los jugadores, felicitó a sus hombres uno por uno pero no pronunció ningún discurso.
No arengó a sus tropas pero se mantuvo más bien tranquilo. Ciertamente sabe que incluso si parte del camino se hizo ayer, el trabajo aún debe completarse en casa la próxima semana.
Laporta, que aprovechó el vuelo de vuelta para charlar largo rato con Xavi pero no necesariamente sobre su futuro, podrá celebrar la próxima semana si tiene la clasificación en el bolsillo.
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