Mucho mejor en la segunda parte, el Olympique de Marsella cayó sobre el césped del Benfica (2-1) este jueves en la ida de cuartos de final de la Europa League. Un resultado nada dramático para el club marsellés, que tiene las cartas en la mano para cambiar la situación en el Vélodrome en una semana.
Estadio casi lleno, público ruidoso, calor, el Estadio da Luz parecía el horno esperado. Sobre el terreno de juego, mucha menos calidad con un primer cuarto de hora mediocre, los portugueses multiplicaron las transmisiones perdidas.
Antes de picar. Tras un error de lectura de Balerdi, Rafa Silva se aprovechó para abrir el marcador con la punta del pie (1-0, 16º). Un gol en la primera acción concreta de la selección portuguesa, que no necesitó pisar el acelerador para hacer gala de su superioridad técnica.
Del lado de Marsella, no sucedía gran cosa. A pesar de algunas intervenciones de Harit, que a menudo tardaba demasiado en decidir, los visitantes tuvieron grandes dificultades para acercarse a la portería contraria y, sobre todo, para contener a Rafa Silva y David Neres, cada vez más amenazantes.
La batalla en el centro del campo también se inclinó a favor del SLB con un impresionante João Neves con el balón que hizo girar la cabeza al Marsella. Un primer periodo que acabó mal con la grave lesión de Merlín en la rodilla izquierda tras una mala asistencia.
Al regresar del vestuario, el Benfica no bajó la guardia y la intensidad para ir al descanso. En una contra relámpago, Di María se apoyó en David Neres para castigar una vez más a una de sus víctimas favoritas de su carrera (2-0, 56).
De espaldas a la pared, Jean-Louis Gasset intentó una artimaña incorporando a Ounahi en lugar de Moumbagna. Una apuesta ganadora. Con éxito, el centrocampista marroquí puso en órbita a Aubameyang, discreto hasta ahora, pero que no desperdició la oportunidad de encontrar la oportunidad con un disparo curvado (2-1, 67).
Con el 2-1, los marselleses empezaron a creérselo ante las Águilas divididas entre las ganas de marcar un tercer gol y las ganas de gestionar su ventaja.
.Frente a ellos, los olímpicos no se dejaron impresionar, en particular gracias a Ndiaye y Ounahi, inestimables en la gestión del ritmo y del balón.
El marcador no cambió hasta el final del partido. Un resultado lógico que permitirá al Marsella esperarlo antes del partido de vuelta previsto dentro de una semana. ¿Hacia una noche loca en el Vélodrome?
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