Derrotado por 2-1 en Portugal, el Olympique de Marsella consiguió imponerse al Benfica (1-0, 4-2), este jueves, en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Europa League. El club marsellés se clasifica por cuarta vez en su historia a las semifinales del evento y se enfrentará al Atalanta por un lugar en la final.
La afición que acudió en gran número al Vélodrome respondió, ¿y los jugadores? Este último tomó el partido por el lado derecho e inmediatamente ejerció una fuerte presión en la superficie contraria. Ndiaye, con un zurdazo, y Aubameyang, de volea, dieron escalofríos a Trubin. Un comienzo interesante para los marselleses que acechaban en la superficie gracias a un Ounahi redescubierto que se inspiraba en sus capturas de balón.
Con el paso de los minutos el partido se fue empantanando. Los olímpicos siguieron mostrando el mismo sacrificio, pero les resultó cada vez más difícil sortear a los fuertes lisboetas que estaban decididos a ponerlos a dormir. Una táctica minimalista de las Águilas que poco a poco abandonaron su mitad del campo para hacer dudar a los locales, inquietos pero en general demasiado desordenados para crear ocasiones claras hasta el descanso.
Al regresar del vestuario, el Marsella reanudó el juego con las mismas intenciones, pero todavía tuvo problemas para sacudir el bloque contrario a pesar de las oportunidades de Kondogbia, Harit y Balerdi. Sobre todo, Jean-Louis Gasset decidió sacar a relucir a su mejor jugador en este partido, Ounahi, acompañado de pitos. Poco a poco, el OM presionó cada vez más intensamente y se instaló en el área del Benfica, a punto de romperse pero salvado por una increíble parada de Trubin ante Kondogbia.
Después de diez minutos sin aliento, el SLB estuvo al borde del atraco sin una doble parada de Pau López ante Rafa Silva y Di María. Una ola de frío que azotó el orgullo de los marselleses, liberados por Moumbagna, que marcó de cabeza tras un centro de Aubameyang para volcar el Vélodrome (1-0, 79). Gol merecido para los marselleses que todavía se llevaban varios sustos hasta que el árbitro pitó el final del tiempo reglamentario.
En la prórroga, los visitantes cambiaron la tendencia y dominaron claramente el partido. Aparte de un disparo de Aubameyang que estuvo cerca de marcar, el Benfica no se inquietó y hizo sudar frío a los marselleses, contentos de comprobar la falta de lucidez de Cabral de cara a portería. En la tanda de penaltis, Di María encontró el palo mientras Antonio Silva se topaba con Pau López. ¡Los marselleses, por su parte, lograron sus cuatro intentos de llegar a las semifinales!
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