El Mónaco cayó en Burdeos y no encuentra la regularidad que necesita para instalarse en la parte alta de la clasificación. De hecho, ahora mismo está a la misma distancia del descenso que de la zona europea: 4 puntos. Y todo eso tras dejar escapar un partido que empezó bien con un gol de Slimani, pero unas manos del mismo anotador provocaron el 2 a 1 definitivo.
En pocos minutos ya se pudo ver que seria un partido eléctrico e intenso. El Burdeos salió muy abierto para golpear la zaga monegasca, pero fue Slimani, sobrerbio en el primer tramo de encuentro-y que terminaria expulsado- el que empezó siendo decisivo. Él mismo arrancó la jugada desde banda izquierda, pasó, se desmarcó, y recibió una asistencia de Ben Yedder para abrir la lata. Seis goles y ocho asistencias este curso. Sin duda, el mejor del Mónaco.
Pero lo bueno que tiene el cuadro de Jardim en ataque, le condena en defensa. Y eso que el técnico plantea un esquema con tres centrales y dos carrileros. Los centrales no estuvieron bien colocados en un córner botado por De Preville que aprovechó Pablo para cabecear al fondo de las redes e igualar la contienda a la media hora de choque.
La poca producción ofensiva del Mónaco (la conexión Ben Yedder – Slimani era la única que generaba peligro) la rompió un Burdeos más propositivo tras el paso por vestuarios. Y Slimani, llamado a ser el héroe del encuentro, se convirtió en ‘villano’. Y es que él cometió manos dentro del área, suponiendo su segunda amarilla y la remontada local. De Preville transformó la pena máxima. Pese al afán de los visitantes de sacar, al menos, un punto, Jardim se fue de vacío.