Griezmann vive un gran dilema. Si a principio de verano ponía claramente las bases para salir rumbo a Manchester, la sanción FIFA hizo que reculara.
Su fidelidad al club y al Cholo Simeone hizo que el francés pusiera por delante el bien colchonero que el suyo propio. Sin embargo, la salida de Neymar le da una oportunidad imperdible que está dispuesto a aprovechar.
Los planes del Barça pasan por cerrar a Griezmann en el último día de mercado, 1 de septiembre. Para entonces, la clausula del galo habrá pasado de los 200 millones de euros a 100.
Pero el atacante rojiblanco ha hablado con la dirección deportiva culé para bloquear esta posibilidad. Pide que esperen al año que viene y el Barça lo ve con buenos ojos.
La planificación a largo plazo
El Atlético de Madrid tiene que cerrar la contratación y posterior cesión de Diego Costa, que en enero se sumaría a Vitolo para reforzar la plantilla madrileña y dar un salto de gran calidad.
Para entonces, Griezmann podrá salir sin crear un trauma a una afición con la que se siente en deuda. Su penalti fallado en la final de la Champions League todavía le pesa.
Fuente: diariogol.com