Derrotado por Bordeaux (1-3) la semana pasada, el FC Metz se colocó en una posición muy delicada en miras por mantenerse en la Ligue 1. En la zona roja de la tabla, la formación granate tiene 4 puntos menos que el Saint-Etienne, 18º, y se encuentra él mismo en gran peligro a 7 fechas del final de la temporada.
El entrenador de Lorraine, Frédéric Antonetti, no quiere vivir una pesadilla.
“Un análisis en caliente, siempre es complicado. Mi grupo tiene un buen bagaje, no hay giros y no he visto que un jugador se suelte. Echamos de menos cosas sencillas porque nos falta sangre fría. Mi grupo necesita confianza y se adquiere. No supimos adquirirlo y yo tal vez no supe darlo. Somos los últimos y cuando sea así, hay que callarse la boca. Pero aún hay una posibilidad…», afirmó el corso en una conferencia de prensa.
«No he podido dejar atrás a tres equipos hasta ahora, a pesar de que tenía los medios para hacerlo. Y esto a pesar de todos los peligros. Creo en los aficionados que me dijeron que la situación de su club me impide dormir en noche. Pero a mí me persigue y si fallamos, ¡me perseguirá toda la vida! Porque es mi responsabilidad”, finalizó el técnico del “Messin” que, en 18 temporadas en la élite, nunca experimentó el menor descenso.
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