Se da vuelta la página. Este invierno, Jonathan Ikoné cerró un capítulo importante en su carrera al dejar LOSC. Un club donde el ex “Titi” explotó y consiguió un título de Campeón de Francia.
Pero ya era hora de que se fuera como admitió durante una larga entrevista con nuestros compañeros de Eurosport.
“Era el momento adecuado. Estuve muchos años en la Ligue 1, con el regalo del título con LOSC. Me dije que era hora de mirar un poco más allá, de buscar nuevos objetivos”.
Fue en Italia donde decidió ir y encarar un nuevo fútbol.
Comprado por 14 millones de euros por la Fiorentina, la que firmó contrato hasta 2026 disputó su primer encuentro con su nuevo club el 10 de enero.
Fue durante la dura derrota por 4-0 ante el Torino. Difícil entrada por tanto para Ikoné, que sólo había jugado 13 minutos dicho así. Luego siguió adaptándose, buscando ser resolutivo. Pero durante doce encuentros, no encontró la red. A principios de marzo, su entrenador, Vincenzo Italiano, también había señalado la falta de eficacia de su debutante, de quien necesariamente esperaba más.
“Ikoné está creciendo, se está integrando. Es un problema que tenemos desde principio de temporada, nuestros atacantes crean mucho y se sacrifican, pero necesitan ser más concretos y venenosos porque es una pena que frustren todo el trabajo que hacen. Ikoné podría haber marcado dos goles contra el Sassuolo y dos esta noche, le haré entender que marcar goles es muy importante”.
Un mensaje que recibió el galo, que finalmente abrió su cuenta goleadora el 10 de abril ante el Nápoles (victoria por 3-2). Una liberación para Ikoné, también autor de dos asistencias desde su llegada.
“Sí, me ha dado más confianza y me empuja a probar aún más cosas. Estaba orgulloso de mí mismo después de ese partido, pero fue gracias a este equipo que me ayudó a encontrar la red. Me ayudaron más que yo”, admitió antes de hacer balance.
“Estoy feliz aquí. Mi adaptación continúa en Florencia, es lo más importante (…) Sí, es normal (que su adaptación es dura). Los primeros meses siempre son más complicados. El idioma, el contexto… Todo cambia. Yo era consciente de ello. Pero soy un competidor y pretendo luchar para superarlos. Estaba enojado después de algunos partidos malos que tuve”.
Pero el joven de 24 años no quiere soltarse.
“Creo que tengo que probar más suerte. A menudo trato de eliminar al último jugador antes de disparar, mientras que a veces no tengo que hacerlo. Creo que es un eje de progreso, pero llegará (…) Por supuesto, había muchas cosas que cambiar, era totalmente diferente a lo que estaba haciendo en Lille. Los primeros días no fueron los más fáciles, principalmente me sirvieron para conocer este nuevo entorno. Me tomó tiempo entender a mis compañeros, aprender el idioma… Y también es fundamental que ellos también entiendan lo que quiero en el campo. Era más complicado al principio que ahora. Hoy entiendo y puedo expresarme mejor”, dijo el galo en nota tomada por «Footmercato».
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