El partido más bonito para el espectador y atractivo para los aficionados neutrales de la jornada de la Champions League fue el Hoffenheim-Olympique de Lyon. Alemanes y franceses firmaron un partido precioso, con muchas alternativas y goles, que acabaron empatando los locales en el último instante, dejando sin el liderato del Grupo F a los de Génésio.
Traoré aprovechó la poca contundencia de la defensa alemana para adelantar en la primera parte al Olympique de Lyon. Pero fue un espejismo, pues el Hoffenheim reaccionó y empató gracias a la contundencia en el área de Kramaric.
El croata, nada más volver del descanso, repitió y puso en ventaja a los suyos con un tanto parecido, de volea y desde dentro del área.
Sin embargo, no estaba todo dicho en Alemania. Un balón a la espalda de la defensa lo clavó en la escuadra Ndombelé para subir el empate de nuevo al marcador.
Y Depay, quién si no, anotó el 2-3 en un contragolpe en el que exhibió su gran velocidad, su potencia en la carrera y su definición. Cuando el Olympique de Lyon ya saboreaba la victoria y el liderato, un tanto de Joelinton en posición muy dudosa selló el 3-3 y dejó sin la primera posición a los galos y con opciones de clasificación a un Hoffenheim que estaba casi desahuciado.
Fuente: besoccer.com