Mañana, la selección de Francia se enfrentará a Inglaterra en los cuartos de final de la Copa del Mundo. Un partido importante para los Blues que quieren quedarse con su corona mundial.
Pero Aurélien Tchouameni y Jules Koundé pueden abordar este encuentro de una manera ligeramente diferente, ya que están suspendidos por una posible semifinal si reciben una tarjeta amarilla.
Un parámetro importante, aunque Didier Deschamps asegura que no será necesario jugar con mesura. “Ellos lo saben, ¿diles que tengan cuidado para que toquen el freno de mano? No es el objetivo. Es parte de la competencia, lo importante es que puedan dejar pasar este partido, para que el equipo logre su objetivo. Ahora, entre decirlo y hacerlo, no siempre es fácil”, dijo en rueda de prensa.
futbolfrances.com