La excelente Copa del Mundo de Antoine Griezmann no habrá escapado a la atención de muchos. Reemplazado en un rol híbrido en el centro del campo por Didier Deschamps, el número 7 del Blues sorprende en su capacidad de transformación y adaptación tan rápida. Presente para apoyar el ataque y ofrecerle algunos balones de gol, organiza el juego en el medio y viene a relevar a la defensa cuando es necesario, incluso en ocasiones en el área penal.
Brilla tan bien que se alzan voces para otorgarle el título de jugador del torneo. No sería robado sea cual sea el resultado de la final entre Argentina y Francia mañana. Y si hay un argentino que no estaría descontento de ver al jugador de 31 años levantar el trofeo por segunda vez en su carrera, es Diego Simeone. Este último disfruta de los servicios del Principito desde el inicio del Mundial según AS.
Además, no espera a que Didier Deschamps le baje un escalón al atacante al ofrecerle este camaleónico puesto. Aún así, el Cholo y el Atlético de Madrid han llevado su barco a la perfección. Tras presionar al Barça restringiendo los minutos que jugaba el francés, consiguieron rajar a los blaugranas, que accedieron a rebajar sus exigencias en el fichaje final.
En lugar de los 40 millones de euros impuestos al inicio, los Colchoneros consiguieron rebajar el marcador a 18 millones de euros (+6 millones de euros en bonificaciones). Esta cantidad parece casi ridícula ahora. De vuelta en su club tras el Mundial, Griezmann (31) quiere continuar con este renacimiento y permitir que el Atlético de Madrid encuentre colores (5º en LaLiga, eliminado de todas las competiciones europeas).
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