La tensión planeó por el estadio Matmut Atlantique donde el Girondins encajó una nueva derrota, la tercera seguida, y acentuó sus posibilidades de descenso. El equipo de Burdeos es el colista. Cayó contra el Montpellier (0-2) que jugó la segunda parte con nueve jugadores. Aún así consiguió el triunfo en un partido en el que se alargó un cuarto de hora más el tiempo de descanso. Fue por la situación que se vivió en las gradas del recinto de Burdeos, que reprendió a su propio portero Benoit Costil.
El meta se encaró con su afición. La agitación llegó en uno de los fondos del estadio. Se lanzaron bengalas y se arrojaron objetos al césped. El choque se reanudó con retraso. En ese momento el Girondins ya perdía por 0-2. Al cuarto de hora ya había encajado los dos goles. El primero, en el minuto 11 por medio de Sepe Elye Wahi. El segundo en el 16 obra de Florent Mollet. El cuadro de David Guion pudo recortar distancias porque una falta de Nicolas Pozza en el 39 fue sancionada con penalti y con roja para el jugador del Montpellier. Pero Alberth Elis falló desde los once metros y el Girondins no pudo recortar la desventaja. Y en el tiempo añadido de la primera parte, el serbio Mihailo Ristic también fue expulsado. El conjunto de Olivier Dall’Oglio jugó la segunda parte con nueve. Aún así, ganó.
El Montpellier está acomodado en el ecuador de la clasificación. El Burdeos es último, a seis puntos de la salvación.
infobae
