Hoy, en Al Duhail, Christope Galtier ha vivido unos meses turbulentos. En efecto, el técnico sureño fue acusado de «acoso moral y discriminación por pertenecer a un grupo étnico, a una nación, a una supuesta raza o a una religión», tras las declaraciones de su ex director deportivo en Niza, Julien Fournier.
Un momento desagradable para el principal afectado, que habló de “venganza”.
«Cuando leo los hechos que me acusan, afortunadamente no soy yo quien conduce. No estoy en ninguna condición. El racismo, la discriminación no son parte de mi software porque crecí en un ambiente multicultural y evolucioné, a lo largo de mi carrera. En un ambiente así, no forma parte de lo que soy, por lo que fue un verdadero shock ser remitido al tribunal penal por los motivos de mi vida», indicó el técnico que pasó por Saint-Étienne a L’Equipe.
«Me gustaría aprovechar esta oportunidad para agradecer en particular a Su Alteza el Emir Tamim ben Hamad Al Thani, al Presidente Nasser Al Khelaïfi y a Luis Campos, pero también a Jean-Pierre Rivère, Sir Jim Ratcliffe y David Brailsford en Niza. Fueron de gran ayuda Un gran consuelo para mi familia y su apoyo permanente me tranquilizaron en el hecho de que fui víctima de una venganza. Esta tesis de venganza no es la mía, como consta en la sentencia judicial, agregó Galtier. Finalmente, fue una infamia y definitivamente absuelto. Por eso estoy contento con las acusaciones en mi contra que no tenían sentido. Mi trayectoria en la vida, como jugador y como entrenador, es prueba de ello».
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