Presente en el banquillo de la Selección Francesa desde 2012, Didier Deschamps llega al término de contrato en diciembre, al término del Mundial.
Sin embargo, cuando se le pregunta si sabe más sobre su futuro, admite que no ha empezado a pensar en ello y explica que su trabajo le sigue gustando igual pero que no es él quien decide si sigue o no:
«De lo contrario no estaría allí. Si no estuviera el gusto, las ganas, la pasión y la determinación, ya se lo habría transmitido a mi presidente. No soy yo quien tiene la decisión final, sino el presidente. Aunque todo esté bien y yo quiera seguir, al final es él quien decide”.
Preguntado por el periódico “La Provence” sobre un posible regreso al banquillo de un club, Didier Deschamps no bloquea ninguna posibilidad, pero admite no tener cabeza para eso:
“No lo sé. Después, si abro una puerta o la cierro… eso lo he experimentado. No me proyecto. Estoy centrado en nuestro objetivo. Habrá mañanas, pero no me importa. Pueden ser diferentes».
El único francés Campeón del Mundo en 1998 y 2018 debería en todo caso seguir en el fútbol:
“No me prohíbo nada. Tengo una meta, me gusta tener una. En la Euro, no pensé en las consecuencias. Estoy en ello. Todo depende de cómo vayan las cosas. Hay mañanas más o menos felices. Hay que tener perspectiva en el análisis, lucidez. Tengo la tranquilidad de no preocuparme por el mañana. Gracias al fútbol”.
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