Goleador ante el Paris Saint-Germain en la final de la Champions League (1-0) el 23 de agosto, el extremo del Bayern Múnich, Kinglsey Coman, disputó un giro muy desagradable para su club de formación.
En su gol, el internacional francés no puso todas las probabilidades a su favor, sin embargo, confesó que su cabezazo fue con los ojos cerrados en la final.
«Mis compañeros se ríen de mí porque cada vez que uso mi cabeza para golpear tengo miedo. Si miras de cerca las fotos verás que tengo los ojos cerrados. Viene de manera instintiva”, dijo el francés.
“Lo he intentado hacer con los ojos abiertos, pero en el último momento todavía tengo este reflejo”, dijo Coman para el medio alemán “Bild”.
De seguro que esta anécdota no hará reír a la gente en la capital francesa.
Fuente: futbolfrances.com