Impresionante en todos los aspectos del juego, el París Saint-Germain infligió una verdadera corrección al Olympique de Marsella (4-0) este domingo, al final de la sexta jornada de la Ligue 1. Una actuación exitosa del campeón francés que sofocó por completo su rival del sur.
Al optar por una defensa de cinco hombres, Jacques Abardonado quiso resistir el mayor tiempo posible la presión contraria. Fue sin contar con Hakimi, que envió el balón a la escuadra tras un tiro libre (1-0, 8º). Un duro golpe para el OM pero también para el PSG, ya que Mbappé, herido en el tobillo durante su duelo con Balerdi antes del gol del marroquí, siguió yendo y viniendo al margen para recibir tratamiento hasta que fue sustituido a la media hora de juego.
Antes de este punto de inflexión, los marselleses podrían haber igualado pero Vitinha falló de cabeza tras un saque de oro de Clauss. Otro punto de inflexión ya que París se mostró sin piedad de cara a portería. Al acecho de un disparo de Hakimi al poste, Kolo Muani se escapó para aprovechar el gol del descanso y marcar su primer gol con el PSG (2-0, 37º). Una hazaña que cortó las piernas a los marselleses, desde entonces completamente perdidos y febriles por todos los ataques parisinos.
Tras el descanso, París despegó un poco más gracias a otro fichaje, Ramos, que realizó un bonito cabezazo tras un centro perfecto de Dembélé (3-0, 47). Ya en el fondo del hoyo, los focenses cavaron un poco más profundo, como Lodi, que se mostró decepcionado por las incesantes irrupciones de Dembélé y Hakimi. Ofensivamente, los visitantes no mostraron nada y sólo se basaron en jugadas a balón parado para intentar forzar el bloqueo.
En el último cuarto de hora, los marselleses intentaron lo mejor que pudieron mantener las apariencias siendo un poco más agresivos, como Gigot, el único jugador que se mostró combativo. Insuficiente, sin embargo, para evitar hundirse un poco más con un cuarto gol en una contra relámpago protagonizada por Kolo Muani y concluida por Ramos (4-0, 89º). Una paliza increíble propinada por el campeón francés que hacía mucho, mucho tiempo que no mostraba tal nivel.
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