Apático durante mucho tiempo, el Paris Saint-Germain obtuvo un empate contra el Clermont (1-1) este sábado en la 28ª jornada de la Ligue 1. Una mala actuación que no impedirá al club capitalino conquistar un duodécimo título de campeón de Francia. .
Con un once ampliamente remodelado, el club capitalino tuvo que esperar a la entrada de sus principales pilares para volver al nivel de su rival de la noche. Un partido sin verdaderas lecciones antes del encuentro del miércoles en la Liga de Campeones.
El choque ante el FC Barcelona empujó a Luis Enrique a realizar una gran pérdida con once cambios respecto al partido ante el Rennes. Hakimi, sancionado para este partido, fue llamado rápidamente para sustituir a Mukiele, que estaba conmocionado tras un duelo con Ndiaye.
Aparte de este episodio con la salida enfadada del defensa parisino, sobre el terreno de juego no pasaba absolutamente nada.
Locales que acaparaban el balón sin hacer nada con él, visitantes que sufrían sin ponerse en peligro, el espectáculo era nulo.
Al margen, Luis Enrique, equipado con un auricular para comunicarse con un asistente, poco a poco iba perdiendo la paciencia ante la apatía de sus jugadores, incapaces de cambiar de ritmo salvo a la hora de atrapar el balón de Mayulu.
Frustración, luego decepción, tras una serie de errores de la defensa y el afortunado primer gol de Keita (0-1, 33). Antes del descanso, Mayulu pensó en igualar, pero su magnífico gol, lógicamente, fue rechazado tras una grave falta de Zague sobre Cham al inicio de la acción.
Al regresar del vestuario, París subió ligeramente el tono con dos grandes oportunidades de Kolo Muani y Danilo. Pero hacía falta más para convencer a Luis Enrique, que decidió enviar a Mbappé a calentar para subir la temperatura en el Parque de los Príncipes.
No estuvo lejos de explotar en un rebote de Hakimi, que pegó en el larguero tras un saque de Mayulu, mientras que Ndiaye intervino en un disparo desviado de Kolo Muani.
El larguero volvió a salvar al portero de Clermont en una recuperación de Ramos tras otra parada ante Hakimi.
En el último cuarto de hora, el CF63 defendió su superficie pero aguantó gracias sobre todo a Ndiaye, todavía decisivo ante Ramos.
Mucho mejor tras la salida de Kolo Muani, el delantero portugués acabó arrebatando el empate tras un buen relevo con Mbappé (1-1, 85º). Un gol merecido para un PSG lejos de ser imperial pero que supo reaccionar para evitar una segunda derrota en el Parque de los Príncipes y una gran decepción ante el farolillo rojo.
Ahora le toca enfrentarse al FC Barcelona en la Liga de Campeones con un choque mucho más duro.
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