En superioridad numérica desde el minuto 9, el Mónaco logró imponerse este jueves al FC Barcelona (2-1), en su acceso a la Liga de Campeones. Un éxito prestigioso que tardó en tomar forma para el club principesco antes de encontrar tres oponentes a su alcance en las próximas semanas.
Quien dice Champions dice Luis II lleno hasta el borde. Quien dice lleno en el Luis II dice gala en Mónaco. Ante los ojos de Michael Jordan, el partido cambió en los primeros minutos con una tarjeta roja directa a Éric García por una falta como último defensor sobre Minamino. En once contra diez, el club principesco no desaprovechó la oportunidad de tomar rápidamente la delantera gracias a una magnífica actuación de Akliouche, que se deslizó entre la defensa barcelonista para ajustar a Ter Stegen en el primer palo (1-0, 16).
En la calle y cerca del fracaso en varias ocasiones, el equipo catalán necesitaba un destello de genialidad. Para ello, Yamal se ofreció como voluntario. En una apertura de Casado, el crack barcelonista utilizó su cuerpo para eliminar a Vanderson antes de castigar a Köhn con un disparo preciso a ras de suelo, también al primer palo (1-1, 28). Un gol del empate que cortó las piernas a los monegascos. A pesar de las situaciones de Embolo y Minamino, el ASM mostró menos serenidad y se impacientó con sus ofensivas contra unos blaugrana que estaban bien consolidados.
Al regresar del vestuario, el Mónaco reanudó su marcha hacia adelante. Si Embolo siguió su camino del centro, Vanderson no estuvo lejos de darle ventaja a los suyos con un disparo ajustado desviado por Ter Stegen. Alrededor de la hora se produjo un gran momento de vacilación, con los asemistas sin apretar lo suficiente el acelerador y los barceloneses divididos entre las ganas de dar un gran golpe y las ganas de salir del Peñón con un punto casi milagroso dado el escenario.
Finalmente, los visitantes se expusieron demasiado y en una acción completamente inofensiva, Vanderson puso en órbita a Ilenikhena, para ajustar sin piedad a Ter Stegen en la contra (2-1, 72). Un logro lógico para el equipo que obtuvo las mejores situaciones. El marcador también podría haber sido mayor si el árbitro no hubiera revocado su decisión de sancionar a Balogun por un choque con Iñigo Martínez. Un gran comienzo para Mónaco antes de encontrar tres oponentes a su alcance en las próximas semanas.