Consciente de que solo la victoria le servía para poder acceder a la siguiente ronda de la competición, el conjunto ucraniano no dudó desde el comienzo por adelantar al máximo posible la línea de presión para tratar de robar el balón lo más cerca posible del área rival.
Un atrevido planteamiento que no tardó en mostrar los riesgos que entrañaba para el Shakhtar, que con su ineficaz presión concedió numerosos espacios para que el Olympique de Lyon explotase la velocidad de sus atacantes.
De hecho, los de Bruno Genesio dispusieron a los diecinueve minutos de una inmejorable ocasión para adelantarse en el marcador en un mano de Bertrand Traoré con el portero Andriy Pyatov, que el delantero burkinés no supo resolver.
Susto que no varió el planteamiento del Shakhtar, que siguió intentando llegar una y otra vez a la portería del Lyon con las internadas del lateral brasileño Ismaily.
Una insistencia que acabó encontrando premio a los veintidós minutos en una internada de Ismaily, que esta vez si conectó con su compatriota Júnior Moraes, que sorprendentemente solo en el interior del área, tuvo tiempo para controlar el balón y batir (1-0) al portero francés Anthony Lopes.
Renta que no aplacó la voracidad ofensiva de Ismaily, aunque con un efecto no deseado, ya que el Lyon encontró en los espacios dejados por las continuas subidas del brasileño el mejor camino para llegar al área rival.
Las constantes caídas a la banda de Traoré crearon la zozobra en la defensa local, que incapaz de cerrar los espacios quedó a expensas del acierto de los atacantes del Lyon.
Pero la puntería no fue el fuerte ni de Traoré, ni de Menphis Depay, ni de Mendy que no supieron concretar las oportunidades de gol de las que gozaron ante de llegar al descanso.
Y cuando, como en el caso de Nabil Fekir, los jugadores del Lyon sí lograron enviar el balón entre los tres palos, surgió la figura del portero Pyatov, el único que logró poner algo de serenidad a la zaga ucraniana.
Errores que no acabaron con el acoso visitante, que arrancó el segundo período con dos nuevas ocasiones de Ferland Mendy y Nabil Fekir, que vio como el colegiado anulaba por fuera de juego el gol que logró a los 54 minutos.
Nada impidió, sin embargo, que Fekir, sin lugar a dudas el jugador con más calidad sobre el terreno de juego, celebrase once minutos más tarde, en el 65, el tanto del empate (1-1), al resolver dentro del área con un potente y preciso zapatazo un centro del holandés Memphis Depay.
Un gol que atemperó la ofensiva del Lyon, al que le bastaba la igualada para acceder a los octavos de final, pese a que todo parecía en disposición para un segundo tanto visitante.
Pero el técnico francés Bruno Genesio no quiso correr más riesgos y prefirió fortalecer el centro del campo con la entrada de Tanguy Ndombele, en espera de poder cerrar definitivamente la contienda en algún contragolpe.
Paso atrás que a punto estuvo de costar muy caro al Olympique de Lyon, que con un planteamiento más conservador permitió revivir a un Shakhtar Donetsk que no había vuelto a pisar el área rival desde el tanto inicial de Júnior Moraes.
Una reacción final en la que jugó, como no, un papel fundamental el lateral Ismaily, que tuvo en sus botas en el minuto 82 el gol de la victoria y de la clasificación en una nueva internada que el mismo culminó con un remate, que despejó con muchísimos apuros el guardameta del Lyon.
Fuennte: ABC.es