Es en un papel sin precedentes que se ha utilizado a Antoine Griezmann desde el comienzo de esta Copa del Mundo. Un poco menos influyente en ataque como en el pasado, el jugador del Atlético de Madrid ha sido bajado un escalón en el campo.
Griezmann juega de abanderado para sacar sus cualidades defensivas cuando los Blues no tienen el balón y se convierte en el número 10 en la fase ofensiva. Un nuevo papel que le sienta perfecto.
“Me siento bien, física y mentalmente. Estoy aquí para hacer la conexión entre la defensa y los atacantes. Como dije, me gusta cuando hay gente delante de mí cuando tengo el balón, y luego trato de poner a los atacantes en las mejores condiciones. Y luego, sin balón, intentar recuperar lo máximo posible para ayudar a los defensas y centrocampistas”, explicó el número 7 de los Blues antes de enfrentarse a Polonia.
Un reemplazo que encanta a Guy Stéphan, asistente de Didier Deschamps.
“Tiene un volumen de juego extraordinario, una técnica muy alta, una sutileza en el pase, una generosidad y un posicionamiento que le sienta bien. Solo mira su sonrisa. Es raro que un jugador hable de su relación muy fuerte con su entrenador, que dura desde 2014. La distribución es muy precisa”, dijo el histórico asistente de Deschamps en comentarios retransmitidos por RMC Sport.
Frente a Inglaterra y su excelente trío formado por Jude Bellingham, Declan Rice y Jordan Henderson, Antoine Griezmann aún tendrá que elevar su nivel de juego.
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