Desde hace varios meses está confirmado: el Mundial de 2030 se jugará en España, Portugal y Marruecos. Una coalición entre tres países fronterizos que se oficializó bajo el lema “Yalla Vamos”. Pero desde entonces, la RFEF, la Federación Española de Fútbol, vive desde hace varios meses un grave periodo de turbulencias.
Último percance, Pedro Rocha, actual presidente interino, que declaró en el caso Rubiales, es acusado de corrupción.
Como recordatorio, el exjefe de la federación fue culpable de gestos obscenos hacia Jenni Hermoso en el marco de la coronación de la Roja durante el último Mundial femenino. Por todo ello, algunos temen al otro lado de los Pirineos que le retiren a España la atribución del Mundial de 2030.
Es el caso de Iker Casillas que pagó a la RFEF con un fuerte mensaje en las redes sociales, colocando una imagen, reflejando excremento para la Federación española.
Queda por ver si el mensaje del ex portero de 42 años llegará a las más altas esferas.
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