Suspendido por dos partidos, Jude Bellingham volvió al campo con el Real Madrid ayer, ante el Athletic de Bilbao. Si el joven de 20 años no fue decisivo, sí participó en la victoria merengue en casa (2-0).
Por otro lado, el inglés no se reconcilió con los árbitros, al contrario.
Como señala Marca, el ex del Borussia Dortmund hizo el gesto con la boca sellada cuando el árbitro Arberola Rojas no señaló una falta evidente según él.
Un gesto sencillo, que ilustra su molestia por el trato que le dan los árbitros, prefiriendo no decir nada por miedo a ser sancionado.
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