La Juventus estaba caliente. Enredado en los negocios, el club piamontés se las arregló para hacerse con el último puesto de clasificación en Conference League el próximo año.
Tras esta consecuencia de la pérdida de 10 puntos en el campeonato y por tanto de este 7º puesto final en la Serie A, habrá que sanear la plantilla.
Algunos jugadores como Adrien Rabiot, al final de contrato, o Dusan Vlahovic, cortejado en la Premier League, no deberían quedarse. El entrenador Allegri ya ha dejado saber que siempre estará ahí, para disgusto de la mayoría de los tifosi.
«Todavía tengo dos años de contrato, y me comprometeré hasta el final para que la Juve pueda volver a ser competitiva en la liga», dijo el técnico italiano que defendió su palmarés a finales de mayo.
Este famoso contrato lo bloquea. La gerencia no tiene los medios para pagarle la indemnización por despido. El propio Maurizio Scanavino, director general, confirmó al entrenador en sus funciones.
“Allegri nunca ha estado en discusión, con él hay pleno acuerdo sobre los escenarios futuros, desde la gestión de la parte deportiva hasta el mercado, pasando por la organización dentro del marco económico y financiero del club, que todavía es bastante complicado”, dijo.
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