Desde hace varias semanas, la guerra entre el PSG y Kylian Mbappé se desarrolla en un contexto de grandes cantidades de dinero. El capitán de la selección francesa, a través de sus consejos, exige al club capitalino 55 millones de euros por salarios y bonificaciones impagos al final de su aventura parisina.
La comisión jurídica de la LFP recomendó ayer una mediación en este asunto, inmediatamente rechazada por el clan Mbappé.
Por lo tanto, el resultado del caso parece bastante claro y se avecina una futura remisión al tribunal laboral, como explica L’Equipe du jour.
Por tanto, el caso debería durar varios años, pero en paralelo a este aspecto puramente jurídico, es ante las autoridades deportivas donde el PSG podría arriesgar mucho.
De hecho, L’Equipe precisa que la UEFA podría aportar su granito de arena en su lucha contra los atrasos en los pagos.
El artículo 82 de su reglamento financiero de los clubes establece que un club no debe tener atrasos en los pagos a su personal y debe declararlos.
El organismo europeo, que ya ha sancionado a varios clubes (Cluj, Osijek, Aris Salónica) con exclusiones suspendidas de las competiciones, u a otros clubes (Oporto, Sofía) con multas, podría atacar al PSG si el conflicto no se resuelve.
Caso a seguir