El Mónaco no pudo pasar del empate en el Louis II y ya es el farolillo rojo de la Ligue 1. El conjunto monegasco se adelantó en el marcador pero el Dijon le dio la vuelta al partido. Glik empató en los últimos instantes.
El Mónaco necesitaba ganar y eso se plasmó en el terreno de juego. Con más miedo de lo habitual y con esa imperiosa necesidad, el conjunto de Henry fue un equipo más reactivo que protagonista con el balón, dejándole la iniciativa al Dijon. Aun así, fue el equipo local el que gozó de la primera gran ocasión del partido en las botas de Chadli.
El arranque transcurrió con más pena que gloria hasta que Henrichs inauguró el marcador tras el centro de Barreca desde el costado izquierdo. Henry estaba consiguiendo una victoria trascendental para su equipo. Pero poco le iba a durar la alegría al Mónaco. Buen pase de Balmont a Alphonse para que el lateral defina ante Benaglio.
En la reanudación, las esperanzas del cuadro local se iban a lapidar todavía más. Abeid, en una buena acción personal, dio la vuelta al partido y colocó al Dijon por delante en el marcador.
Con el gol, el conjunto de Henry dio un paso adelante y acechó la meta de Runarsson. La insistencia tuvo premio y Glik logró el tanto del empate. Un empate estéril para un Mónaco que no levanta cabeza y se hunde en la cola de la clasificación. Los de Henry ya son colistas de la Ligue 1.
Fuente: sport.es