Mientras varios jugadores del Paris Saint-Germain comenzaron a quejarse de su estilo y gestión, Luis Enrique decidió tomar medidas.
Según RMC, el técnico parisino habló con su grupo el martes al margen del entrenamiento.
En el vestuario, el técnico de 54 años “insistió en que todos tenían que echar agua al vino, incluido él”, explican nuestros compañeros.
Así, reconoció que tenía que flexibilizar su gestión y que estaba dispuesto a hacerlo.
Este planteamiento del español fue apreciado por los jugadores. Sin duda, a los dirigentes del PSG también les gustó este deseo de su entrenador de calmar las tensiones emergentes con su grupo.
Si conserva la confianza de la dirección parisina, ambas partes reconocieron esta semana que era necesario ser más positivos en este período un tanto complicado tras la derrota en Liga de Campeones contra el Bayern de Múnich (0-1) y el empate en Liga contra Nantes (1-1).