Al término de un encuentro de mal gusto, Lorient y Olympique de Marsella no lograron decidirse entre ellos (0-0) este domingo, al término de la jornada 30 de la Ligue 1. Un mal resultado para el club marsellés, que avanza a paso lento movimiento con este tercer empate en cuatro juegos.
Un Moustoir completo, ¿entretenimiento? Tal vez. El partido comenzó bastante bien con varias intervenciones de López frente a Faivre y Aouchiche, pero sobre todo una gran parada de Mannone contra Ünder. Diez minutos retirados entonces en la sumatoria inicial sin peligro… a la nada. Demasiado cautelosos, poco incisivos, los dos equipos balbucearon su fútbol y no ofrecieron mucho. Las fallas, cada vez más toscas, cortaron seriamente las acciones de peligro.
A falta de creadores, los marselleses comenzaron a alargar el juego, enviando largos balones inservibles a Sánchez. Una táctica minimalista que no funcionó bajo los ojos de un Igor Tudor sin solución. Solo emoción al final del primer tiempo, doble oportunidad de Balerdi tras una falta mal repelida por la defensa del Lorient. La prueba de que los visitantes no estaban para nada en su plato.
El regreso del vestuario no fue más emocionante. Salvo algunas subidas de Kolasinac, el club marsellés no avanzó. Poco después de la marca de la hora, incluso necesitó una buena atajada de López para bloquear un peligroso disparo de Dieng. Sin tarjeta, sin cambio, nada hasta el minuto 75, asistíamos a un partido de tristeza absoluta.
Y eso apenas cambió hasta que sonó el pitido final para poner fin a este espectáculo de infinita tristeza.
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