Es una escena particular que tuvo lugar durante Niza-Mónaco. Suplente y presente en el banquillo, Wissam Ben Yedder se quitó la camiseta antes de dirigirse al vestuario en el minuto 78.
Después supimos que había ido a los aseos, pero dejar la camiseta en el banquillo todavía se consideraba una forma de mostrar su decepción cuando el internacional francés había entendido que no volvería a jugar.
Según informa L’Equipe, esta decepción ya está digerida. El delantero de 32 años fue todo sonrisas ayer en La Turbie, donde se refrescó.
Se entrenó con una sonrisa y se dijo que era más la incertidumbre por su entrada en el partido del domingo por la noche que el hecho de no haber entrado lo que pesaba sobre su moral. Comenzará contra el Estrella Roja de Belgrado el jueves por la noche en la Europa League, según anunció su entrenador Philippe Clement.
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