Alexandre Lacazette, Corentin Tolisso, Ernest Nuamah, Saïd Benrahma, Ainsley Maitland-Niles, Nicolas Tagliafico, todos estos jugadores están bajo amenaza de suspensión para la final de la Copa de Francia contra el Paris Saint-Germain el 25 de mayo.
El domingo en Clermont, si reciben una tarjeta amarilla, no podrán jugar la final.
A partir de entonces, Pierre Sage se encontró ante un gran dilema: arriesgarse a hacerles jugar para tener el equipo más competitivo para esta 33ª jornada de la Ligue 1, o dejar a los principales interesados en las gradas para preservarlos.
En rueda de prensa, el técnico del OL volvió a esta difícil gestión.
“Esta semana hablamos con los jugadores, tuvimos conversaciones francas y sin presiones. Fue muy constructivo. No puedo decirte la estrategia, pero la decisión ya está tomada. Nuestros adversarios son conscientes de nuestra situación, este es un elemento a tener en cuenta. Es una amenaza que puede perturbar el vestuario, pero también puede dinamizarlo, son dos extremos que se encuentran y yo apuesto por el segundo”, explicó a la prensa.
futbolfrances.com