El golpe es aún más duro de lo esperado para Paul Pogba. Aunque podría haber esperado una suspensión de dos años tras su positivo en testosterona, el centrocampista vio cómo el fiscal antidopaje italiano solicitaba una suspensión de cuatro años.
Una primera «derrota» que no le condena pero que es una mala noticia respecto a la sanción definitiva que debería producirse a mediados de enero, según La Gazzetta dello Sport.
Paul Pogba tendrá que demostrar su no intención de consumir drogas para poder reducir su condena. Una vez que esto se pronuncie, el centrocampista siempre tendrá la posibilidad de recurrir ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo.
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