El contrato entre el Barça y Nike se extiende hasta 2026, con posibilidad de ampliar el vínculo por dos años, es decir, hasta 2028. Sin embargo, tras la llegada de Joan Laporta, las relaciones entre ambas partes se habrían deteriorado y el Barça pensaría en Varias opciones.
El club podría entonces crear su propia marca o buscar un nuevo proveedor de equipamiento, siendo Puma el principal pretendiente.
Las cifras que circulan harían bien a los blaugranas: al club le aguardarían diez años de contrato a razón de doscientos millones de euros por temporada.
La marca alemana tiene muchas ganas de fichar por el Barça y el acuerdo parece cercano. Sport informa que las negociaciones han experimentado recientemente una importante ralentización y el bloqueo es casi total.
En cuestión, Puma critica al Barça por no gestionar su desvinculación con Nike. Aunque esto no es algo sencillo, porque el contrato es largo, el club debe hacer lo necesario para separarse de su actual proveedor de equipamiento.
Puma también sospecha que el club español los utiliza para negociar un mejor contrato con Nike. En el caso de que el Barça no consiga romper pronto con la marca americana, el posible contrato con Puma no debería seguir adelante, lo que sería un duro golpe para los blaugranas, en dificultades económicas.
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