Robert Lewandowski está empezando a ver caer su valoración en el Barcelona. Llegado la temporada pasada procedente del Bayern de Múnich a cambio de 50 millones de euros, el delantero polaco cumplió perfectamente las expectativas al anotar 33 goles (y 8 asistencias) en 46 partidos, en todas las competiciones. Pero esta temporada los resultados son menos famosos.
En 17 partidos, el delantero de 35 años sólo ha marcado 8 goles (4 asistencias). Una actuación menos buena que preocuparía a los dirigentes blaugrana. La situación es fácil de entender: dada su edad y su contrato en evolución (Lewandowski recibe 26 millones de euros brutos anuales esta temporada y 32 millones la próxima), el Barça estaría dispuesto a separarse del polaco el próximo verano para no pagar un precio muy caro por un jugador de edad avanzada. Salvo que el principal interesado no parece querer salir de Cataluña.
En una entrevista concedida al Club del Deportista retransmitida por Marca, el delantero culé se considera todavía bueno para el servicio.
“Todavía tengo ese sentimiento y esa pasión dentro de mí. Creo que todavía puedo jugar al fútbol durante tres o cuatro años porque me siento muy bien físicamente. Sé que somos el Barcelona y todo el mundo espera que no sólo ganemos, sino que marquemos muchos goles. Al principio de temporada no todo fue perfecto y, por supuesto, si no creamos muchas ocasiones es difícil marcar goles. Me siento muy bien, sé que todo salió bien, no sólo dentro del club, sino también fuera, porque veo cómo la afición me apoya. Siento que estoy en el lugar correcto en el momento correcto”, dijo.
Listo para entrar en el círculo cerrado de los cuarentones que aún trabajan, Lewandowski también habló de su post-carrera. Y no cierra la puerta a una posible reconversión a la profesión de entrenador.
“Será difícil vivir sin ser futbolista después de mi carrera. Pero ser entrenador… sé que es un trabajo muy difícil. No estoy seguro de estar preparado porque hay que concentrarse al 100% en el fútbol. Les digo esto ahora, pero en cinco o siete años, extrañaré el vestuario y el olor y toda esa atmósfera, y diré, está bien, tal vez pueda intentarlo. Pero por ahora no me veo como entrenador. «
A seguir.
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