Si todavía quedaban dudas sobre la nueva Liga de Naciones de la UEFA, los espectadores del Alemania-Francia pudieron echar la noche intentando entenderla. Si después de una hora se habían dado por vencidos, al menos llegaron a tiempo para lo poco emocionante que dejó el partido: un par de buenos remates de Alemania y uno de Ousmane Dembélé, con más peligro que intenciones, que estuvo a punto de sorprender a Neuer en la última jugada del encuentro. Cualquier cosa que no hubiera sido un 0-0 habría sido engañosa.
El duelo entre las dos últimas campeonas del mundo era perfecto como plato principal de la primera jornada, y quizá algo exigente como primer examen para Alemania después de caer en la fase de un Mundial por primera vez en 80 años. Se exigía al menos ofrecer otra imagen, pero la del Allianz Arena aún no entusiasma. Joachim Löw subió a Kimmich al centro del campo y colocó a Goretzka por detrás del delantero, en el puesto que hasta su adiós ocupó Özil. Por detrás de Marco Reus y no de Timo Werner, que empezó en el costado izquierdo.
El delantero del RB Leipzig, que ya jugó ahí en algún momento de apuro en Rusia, le causó algunos problemas a Pavard, pero a cambio Alemania se quedó sin remate. Quizá muchos en el Allianz Arena recordaron que Reus estaba sobre el campo cuando estuvo a punto de sorprender a Areola con un gran remate enroscado desde la frontal, bien pasada ya la primera hora de juego. Hasta entonces y desde entonces, poco más.
Alphonse Areola puede sentirse un tipo afortunado.
No habrá muchos que puedan decir que debutaron con su selección siendo ya campeones del mundo, y muchos menos que en su estreno contra toda una Alemania tuvieran una noche brillante. Sólo en la última media hora tuvo trabajo y, pero eso sí, lo resolvió con nota. Ese disparo de Reus, un latigazo cruzado de Hummels después de cruzarse 60 metros, y un cabezazo de Ginter a la salida de un córner.
El portero del PSG fue la única novedad de Francia respecto al once campeón del mundo -y obligada por la lesión de Lloris-. Pero de aquella selección coronada en Rusia sólo se reconoció el músculo: los galos cedieron la iniciativa y amenazaron con la salida rápida de Griezmann y Mbappé, pero ninguna de las dos estrellas estuvo inspirada.
Fuente: mundo.es