Una tremenda lección de personalidad dio Colombia en París: perdía 2-0 pero no perdió la cabeza, encontró soluciones para cada una de sus fallas y remontó: se impuso 2-3 contra Francia, que es candidato al título mundial, y se embolsilló una dosis de confianza oportuna e inmensamente feliz, a menos de tres meses del Mundial.
Se sabía que era un equipo joven, punzante, que juega a un toque y te mata con balones profundos. Tal cual se presentó Francia en los primeros minutos y al 11 cobró por primera vez: superó Digne a Arias y en el centro del área, Ospina soltó la pelota (craso error) y Giroud sólo tuvo que embocarla. Lida jugada, lindo gol. Tal como se sabía que llegaría.
Pasaron los minutos y Colombia fue más nervios que fútbol. Ni un solo pase superó el medio campo, la primera línea de volantes fue superada por Kanté y su juego preciso y por izquierda Fabra sufrió su propio calvario: siempre que aceleró Mbappé lo superó y dejó a Griezmann y Giroud en posición de gol.
No tardaría en llegar el segundo castigo: al minuto 22, una gran acción colectiva de Francia comenzó en la pelota perdida de Fabra en terreno rival, quedaron colgados los centrales, no pudo rechazar Aguilar y la pelota le quedó a Lemar, quien remató sin oposición. Ganaban los ‘galos’ 2-0 y parecía que pasarían de largo.
Y entonces vino la suerte pues, cuando menos se acercaba Colombia, un centro al área de Muriel terminó superando a Giroud, estorbó perfecto Dávinson Sánchez y Lloris compró el engaño: ¡gol de Colombia al minuto 28!
Aún así, Mbappé seguía de fiesta con Mbappé por su zona, Grizmann probaba los reflejos de Ospina al 38 y pintaba para un paseo de los franceses. Por fortuna vino el descanso y en el camerino la historia cambió.
Colombia salió mucho más animada en el segundo tiempo, más ambiciosa, más digna. Tuvo Muriel el empate al 48 cuando el pase de Carlos Sánchez acabó en nada y al 56 en otro remate desviado, con Falcao bien ubicado en medio del área.
Y se hizo justicia al minuto 62. Recuperó la pelota Uribe en el medio (se la robó a Kanté) y de inmediato se la dio a James, quien midió la llegada de Falcao para el empate. ¡A ellos hay que dársela, que ellos son los que saben!
Una vez se juntaron los líderes nacionales y vino el gol… y vino también el triunfo. Curiosamente primero se fue El Tigre, seguramente más por precaución, y apareció también Juan Fernando Quintero en el lugar de James.
¡Hay recambio! Este último, pleno de carácter, tomó la pelota para cambiar por gol el penalti clarísimo de Umtiti y así aquello que parecía una tragedia en el primer tiempo, se convirtió en comedia, en júbilo, en felicidad pura.
El recién llegado Lerma llegó a animarse dos veces con remates que se fueron apenas desviados mientras Francia sólo tuvo un remate importante al arco de Ospina, una llegada de Thauvin. El resto es anécdota, una de esas felices, que hablan de la gran capacidad de Colombia para reponerse en momentos difíciles y que hacen soñar con un muy buen Mundial de Rusia.
Fuente: futbolred.com