Serio y combativo a pesar de un once inicial muy renovado, el París Saint-Germain lógicamente se impuso al Lille (3-1), este sábado, en la 21ª jornada de la Ligue 1. Un éxito que permite al club de la capital tomar temporalmente 11 puntos por delante de su subcampeón, Niza, lo que impide al LOSC subir al podio.
¿Gran cartel, gran partido? Absolutamente. Tras un lío en el área, Yazici abrió el balón con un disparo a quemarropa por debajo del larguero (0-1, 6º). Alegría efímera para el Lille, atrapado por Dembélé, pasador decisivo para Ramos tras robarle el balón a Alexsandro (1-1, 10º).
Obviamente no recuperado de su error, el central brasileño se hundió un poco más al desviar accidentalmente un centro de Fabián Ruiz para dar ventaja al PSG (2-1, 17).
Un partido comprometido, a veces incluso demasiado, con varias advertencias distribuidas por Letexier para calmar el clima. Después de los goles, casi no hubo más ocasiones hasta el descanso a pesar de muchos gestos técnicos sabrosos, como los confusos ganchos de Dembélé para deleitar al Parque de los Príncipes, y los lanzamientos de balón de alto nivel por ambos lados.
Un primer tiempo muy animado que pudo haber acabado con un tercer gol parisino sin la parada de Chevalier ante Asensio.
Al regresar del vestuario, el PSG aumentó un poco más su intensidad con una presión constante como pocas veces se había visto en mucho tiempo. Símbolo de este estado de ánimo, Dembélé, que peleó como muerto de hambre en todos los balones.
Cuando se marchó sobre la hora de juego, su equipo era menos peligroso y, sobre todo, estaba situado más abajo en el campo ante unos mastines cada vez más mordaces, pero incapaz de encadenar buenas secuencias en el campo contrario.
A medida que se acercaba el último cuarto de hora, fue incluso necesario hacer una gran parada de Chevalier para evitar que Kolo Muani lograra la fuga hacia París.
El exjugador del Nantes finalmente se vio recompensado por su esfuerzo tras un gran avance de Barcola que le sirvió de cara a la portería (3-1, 80).
Una actuación sólida y completa del PSG que dejó muy pocas soluciones a un LOSC desbordado a la vuelta del vestuario. Un buen augurio antes de la recepción a la Real Sociedad dentro de cuatro días.
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