El miércoles, en el partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones, el estadio Santiago Bernabéu ofreció un nuevo momento de gracia al mundo del fútbol. Sacudido por un muy buen Bayern de Múnich pero privado de muchos ejecutivos, el Real Madrid tuvo que trabajar duro para conseguir su billete para la gran final contra el Borussia Dortmund.
A falta de 10 minutos para el final, los merengue deben su salvación al inesperado Joselu. El delantero de 34 años, que entró en juego unos minutos antes, marcó dos goles para cambiar el rumbo y eliminar a los bávaros.
Un final de partido extraordinario como sólo los jugadores de la Casa Blanca son capaces de ofrecer. Y definitivamente no vengas a decirle a Thierry Henry que fue un golpe de suerte.
En las ondas de la CBS, el entrenador de la selección francesa rindió un bonito homenaje al Real Madrid: «Es el Real Madrid, no se juega, lamento decirlo, no es un equipo de Mickey Mouse. Es el Real Madrid. ¡Eso es lo que hacen! No hay suerte en eso. Se llama Real Madrid”, afirmó.
Un elogio que los interesados agradecerán.
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