Llegó al ecuador la Fase de Grupos de la Champions League y lo hizo con un sorpresón de los grandes. El Nápoles de Carlo Ancelotti se llevó un empate ante el PSG en el Parque de los Príncipes y, aunque perdió el liderato del Grupo C, dejó a los de Tuchel en una situación muy peligrosa de cara a la clasificación para octavos.
Volvía a la que fue su casa el técnico italiano y enseguida supo cómo controlar a un equipo pleno de egos y que se desesperó al ver que no llegaban los goles.
El inicio del PSG no invitaba a pensar en el desenlace final. Los franceses arrollaban al Nápoles y sólo parecía cuestión de tiempo que llegara el 1-0. La voracidad de los locales era tal que incluso Neymar estuvo a punto de lesionarse en un intento de remate en el que Cavani le golpeó fortuitamente.
El paso de los minutos tranquilizó a los visitantes, que empezaron a poder salir al contragolpe. Superada la fase inicial y las ocasiones de Neymar y Mbappé, el Nápoles comenzó a asustar a un sorprendentemente inseguro Areola.
Tras un remate al palo de Mertens, Insigne adelantaría a los italianos al aprovechar un exquisito pase de Callejón. El toque sutil del menudo futbolista, por encima del guardameta galo, se convirtió en uno de los tantos de la jornada.
Y desde entonces, Ancelotti y los suyos supieron manejar aún con mayor precisión el partido, a pesar de que el PSG convirtió en un asedio los segundos 45 minutos.
Los visitantes no salían prácticamente de su área y se valían de la buena actuación de Ospina y de los zagueros para contener a un PSG con muchos apuros y pocas apariciones de los Mbappé, Cavani o Neymar.
Aún empatarían los de Tuchel en una buena jugada que culminó en centro de Meunier y desafortunado despeje hacia su propia portería de Rui. Pero enseguida Mertens, tras rechace a tiro de Fabián, subía el 1-2 al marcador y llevaba el pánico a la grada del Parque de los Príncipes.
El último cuarto de hora, con el PSG volcado, pudo significar tanto el 2-2 como el 1-3, pues los visitantes perdonaron en un par de ocasiones a la contra y a balón parado. Al final, con el tiempo cumplido, un zurdazo de Di María que se coló por la escuadra se convirtió en el empate y salvó momentáneamente a los franceses, que aun así quedan en situación delicada, pues están fuera de las dos primeras plazas y tienen que visitar al Nápoles y recibir al Liverpool.
Mal menor para un equipo que aspira a arrasar en Europa y que de momento no sólo no machaca, sino que ni gana ni convence. Y es que la Champions no es la Ligue 1.
Fuente: besoccer.com