El Barcelona dejó claro desde el arranque de temporada que la Champions League es un objetivo especial. Evidentemente, el hecho de tratarse del trofeo más importante del fútbol europeo debería ser el principal argumento por sí mismo, pero que el Real Madrid haya ganado las tres últimas ediciones añade un interés añadido.
Más o menos lúcido, el equipo de Valverde ha sabido competir desde la llegada del técnico extremeño, y la figura de Leo Messi resuelve los problemas cuando el colectivo no llega, como ha quedado claro en las últimas semanas, especialmente en el encuentro frente al Levante del pasado domingo.
En el camino a esa ansiada Copa de Europa se va a interponer en primer lugar el Olympique de Lyon, un equipo que ya ha dejado claro que tiene sus armas, después de haber sacado 4 puntos contra el Manchester City en la fase de grupos. Nabil Fekir es indiscutiblemente la gran estrella, un jugador de gran jerarquía tango para organizar ataques como para finalizarlos.
Una zurda de lujo que ya está recuperado totalmente de una grave lesión de rodilla, y que está marcando la diferencia en el equipo entrenado por Bruno Genesio, de modo que su ausencia en la ida por sanción es una gran noticia para los blaugranas. Con Fekir como lanzador y Memphis Depay y Bertrand Traoré en la última línea, el Olympique de Lyon garantiza amenaza a campo abierto, un contexto que presumiblemente se dará en una eliminatoria contra un Barcelona que por lo general acumula más balón que sus rivales y que por tanto, se ve obligado a vivir con la defensa muy arriba.
Sin embargo, una de las grandes virtudes de Valverde en el banquillo culé ha sido saber manejar bien el ritmo de los encuentros para que equipos con estas características luzcan menos esas cualidades, y a pesar de que en ocasiones se le haya tachado de conservador, apostar por un planteamiento así –quizás con el arma de Arthur-, de ritmos bajos y posesión más horizontal, desnatularizará bastante a un Olympique de Lyon que, dadas las alternativas que presentaba el sorteo, puede considerarse un buen rival para el equipo culé.
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