Vencedor en la ida (3-2) en el Parque de los Príncipes, el FC Barcelona se desplomó en casa ante el Paris Saint-Germain (1-4) este martes, en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Al borde del ataque de nervios e incluso expulsado poco antes de la hora, el entrenador del club catalán, Xavi, se quejó del arbitraje mientras su equipo jugaba en inferioridad numérica durante más de una hora tras la tarjeta roja que recibió el central Ronald Araujo.
«Estamos molestos, enojados, porque creo que fue el árbitro quien hizo el partido. Once contra once, estuvimos bien organizados, el árbitro influye completamente en el partido. Es excesivo sacar tarjeta roja por esta acción. No es bueno para el fútbol se redujo a diez en un partido de playoff», reflexionó el campeón del mundo de 2010 para Movistar+
«Le dije al árbitro que estaba mal, que no entendía el partido, que era un desastre», explicó.
Es difícil culpar de algo al árbitro Istvan Kovacs, ya que el uruguayo anuló una acción de gol desde la posición del último defensor. Un error fatal a este nivel de competición.
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