Dieciséis años después de la final del Mundial perdida ante Italia (1-1, 3-5 penales), Zinedine Zidane no ha olvidado su famoso cabezazo a Marco Materrazzi. Si siempre ha asumido su gesto, el exmaestro de la Selección de Francia sólo tiene un lamento: el de no haber tenido a Bixente Lizarazu a su lado en Berlín.
«Sí, creo que Bixente es el único que podría haberme contenido. Y sí, él hubiera sido importante esa noche. Si hubiera estado a mi lado, aunque en cualquier caso, no podemos regresar. No estoy orgulloso de lo que he hecho, una vez más, pero es parte de mi camino. He pasado por momentos complicados, este es uno de ellos, pero hay otros que son más felices”, explicó el campeón mundial de 1998 por Téléfoot.
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